martes, 26 de septiembre de 2023

Algo para pensar en el futuro social de Lázaro Cárdenas

INDICADOR Del PUERTO

Por René Chávez


  * Algo para pensar en el futuro social de Lázaro Cárdenas.  

Lázaro Cárdenas, Michoacán, septiembre 25, 2023.-   ¿De verdad vamos a seguir con el mismo modelo de gobierno municipal?  Cambiar estructuralmente parece inevitable.

No un cambio que altere las características constitucionales y esenciales de una institución como el ayuntamiento.  Eso no.   Hablamos de un cambio de modelo en la forma de gobernar, con una visión y una mentalidad diferentes, donde aquí en Lázaro Cárdenas gobierno, sectores y ciudadanos sean una sociedad realmente comprometida con los intereses de su propia comunidad. 

¡Quién no quisiera ver ya el primer paso concreto de un Lázaro Cárdenas en dirección de la modernidad y la obtención consistente de satisfactores de vida  que siempre se han anhelado! 

La esperanza ciudadana de una vida mejor es un persistente anhelo que bulle ansioso y soterrado en las ilusiones más íntimas de la población local desde hace décadas y que, por inalcanzable, se ha convertido también en un sentimiento que desespera e irrita.  

La historia es de sobra conocida: siempre se ha tenido que ceder ante la desalentadora realidad de los gobiernos municipales pasados y presentes, y muy probablemente los por venir, siempre sujetos a las limitantes políticas, económicas y sociales que les imponen las estructuras de poder, el centralismo y la ausencia de liderazgos sociales propios capaces de modificar el ambivalente destino local. 

En varias ocasiones hemos sostenido que el municipio de Lázaro Cárdenas no ha logrado hacer valer su peso político y económico para escabullirse de su particularidad de cenicienta y aprovechar sus características de enclave para mantenerse, como debió haber sido siempre, en la agenda del gobierno federal. 

De 1974 a 1986  Lázaro Cárdenas recibió inversiones federales suficientes para convertirse de una comunidad con baja densidad en una ciudad urbanísticamente bien diseñada y con un calidad de vida aceptable.  En 1980 Lázaro Cárdenas era una ciudad próspera y prácticamente nueva, pero antes que mejorar y en una dramática paradoja,  Lázaro Cárdenas, la ciudad más nueva del país,  empezó a envejecer antes de llegar a la década de los años 90.  

La inversión social federal cesó y el municipio cayó en la cuenta de que había empezado un proceso de deterioro casi imposible de revertir. En este escenario, ningún gobierno municipal ha logrado superar siquiera una parte del creciente  deterioro de Lázaro Cárdenas.  Todos sus ayuntamientos se han esforzado en sacar al municipio del abandono, unos con mejores resultados que otros, pero al final sin lograr siquiera vislumbrar la realidad de la promesa social implícita en el origen del proyecto de Las Truchas de crear un polo de desarrollo social, aunque sí económico.  

Para colmo, la población cardenenses se ha volcado tradicionalmente sobre sus autoridades municipales con exigencias, demandas y duras críticas, para reclamar justificadamente mejores y mayores servicios y un alto al creciente deterioro de la infraestructura urbana y su desordenado crecimiento. 

Lo ha hecho así, porque se trata de la autoridad de primer contacto y la responsable de todo a los ojos de los vecinos, pero lo cierto es que nunca nadie le dijo abiertamente a la sociedad local que las respuestas y las soluciones no se encontraban en las administraciones municipales, claramente rebasadas en sus capacidades.

El juego del poder no permitió informar lealmente a la sociedad cardenense que había sido prácticamente abandonada por la inversión social federal y que ni el municipio ni el gobierno de Michoacán podían sostener su evolución como había sido concebida originalmente.  Este silencio propició, además, otro grave daño: despojó a la sociedad local de su desarrollo como sociedad participativa y gestora.  Se convirtió, por tanto, en una población dependiente y reclamante, divorciada de cualquier comunión con sus autoridades (también dependientes del poder externo) para fortalecerse como una comunidad capaz de hacer valer su peso estratégico, político y económico y su singular condición de ventajoso enclave federal.

Se que la opinión resultará polémica, pero si de algo se puede culpar a los distintos gobiernos del municipio es solo de no haber sido capaces de liberarse de las sujeciones político-partidistas y haber concitado a todos los sectores de la sociedad local, incluidos sus legisladores, para establecer un frente común que hubiese logrado, justamente, hacer valer su peso específico y su gravedad de atracción.

No hubo esa determinación (ni los liderazgos políticos ni ciudadanos para respaldarla) ni la conciencia de un compromiso de tal magnitud. Ahora se viven no solo las consecuencias sino la prevalencia de un circulo vicioso que no ha conseguido romperse.           

Con todo, este puede ser el tiempo en que la toda la sociedad municipal de Lázaro Cárdenas  encare de una buena vez su realidad y no espere a que la historia le eche en cara su falta de determinación. Son ya casi 50 años de padecer carencias y de no avanzar como sociedad más allá de lo que han querido concederle otros intereses a pesar de existir como una demarcación estratégica para el país con recursos para definir su propio destino.  

Ya anteriormente habíamos señalado que el Gobierno Municipal de Lázaro Cárdenas no puede permitirse otra administración más sin adaptarse enérgicamente a las condiciones que exigen, a cada paso, cambios de fondo y evolución. Lo diremos otra vez:  no se ha logrado, hasta ahora, hacer valer el enorme peso de la estratégica infraestructura productiva internacional contenida en la zona del delta del Balsas, donde Lázaro Cárdenas se mantiene como un municipio en clara desventaja con otros que sí han sabido aprovechar sus quehacer político y sus atractivos económicos.

La sociedad de Lázaro Cárdenas parece haber generado ya dentro de si misma las opciones de hombres y mujeres capacitados profesionalmente, con sensibilidad y preocupación social por su tierra, aunque no podríamos asegurar si con el talento y la determinación política para abogar y proteger los derechos e intereses de la población municipal y de sus bienes productivos.

Estamos convencidos que más allá de sus vaivenes clásicos, las distintas administraciones públicas locales han empleado sus mejores voluntades, capacidades y esfuerzos, cualesquiera que éstos sean, para intentar disminuir el añejo rezago del municipio, pero el abandono de Lázaro Cárdenas ha sido, hasta ahora, una barrera infranqueable.

Precisamente por ello toma forma la concepción de un gobierno municipal distinto. No mejor ni peor ni de un partido o de otro,  sino esencialmente diferente. 

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