INDICADOR Del PUERTO
Por René Chávez
* ¡Y VAYA QUE RECORDATORIO!
Puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, febrero 25, 2024.- Muy próximos ya el aniversario 19 de la inauguración oficial de la Autopista Siglo XXI, en mayo 11 de 2005; el 12 aniversario del otorgamiento de la concesión de la vialidad a Autopistas Michoacán, en marzo de 2012, y con motivo del reciente establecimiento del Observatorio Ciudadano que estará al pendiente del encuentro de soluciones para resolver la grave situación de saturación e inseguridad de la referida vía, vale la pena recordar aquí una de nuestras columnas de Indicador del Puerto referida puntualmente al tema, a manera de abogar por un nuevo y auténtico punto de partida:
"Si hablamos de esta ya legendaria vialidad, tendremos que hablar de la totalidad de su existencia para comprender su enorme y tanto valiosa como dramática significación.
Empezaremos por decir que esta vialidad estuvo a punto de quedar a medias.
El Puerto de Lázaro Cárdenas siempre ha estado sujeto a una fuerte competencia, pero nunca tan despiadada como por allá por finales del 2001, cuando el puerto empezaba a despuntar. El gobernador michoacano de la época, Víctor Manuel Tinoco Rubí, hizo entonces reveladoras declaraciones en una de sus últimas visitas a Lázaro Cárdenas, al afirmar que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público había estado a un paso de cancelar los recursos destinados a la conclusión de la Autopista Siglo XXI, porque “albergaba dudas en cuanto a su rentabilidad”.
El anuncio del gobernador dejó fríos a muchos, pese al candente sol que ese día de 2001 caía a plomo aquí en Lázaro Cárdenas. ¿Cómo era posible que el gobierno federal, a esas alturas, hubiese puesto en duda el enorme valor estratégico de la anhelada vía carretera?
Lo dicho por Tinoco Rubí confirmaba lo que ya se sospechaba, que la nueva ruta Lázaro Cárdenas-Morelia contaba con numerosos y serios opositores.
En el fondo de esa oposición existía una cruenta lucha por eliminar al Puerto de Lázaro Cárdenas de una competencia regional por apropiarse de los inminentes puentes terrestres comerciales, que entonces se pensaban como la opción para conectar a los dos océanos (Pacífico y Golfo) en el traslado de mercancías.
Se vislumbraban por esa época tres puentes interoceánicos que requerían puertos, vías carreteras y ferroviarias: el del Itsmo, que cruzaría la parte más angosta de la República mexicana, partiendo del puerto de Salina Cruz, Oaxaca; el de Lázaro Cárdenas-Nuevo Laredo, y el de Manzanillo-Altamira. De los tres, solo los dos últimos tenían realmente viabilidad y se cree que ahí es donde se movían los intereses contrarios al Puerto de Lázaro Cárdenas y la Autopista Siglo XXI.
El caso es que Tinoco Rubí obtuvo una fina cuanto silenciosa victoria y logró la garantía de que la terminación de la Autopista Siglo XXI no se detendría. El pago político de esa victoria fue que él, el principal impulsor de la vía carretera, jamás la inauguraría. Pero el Puerto de Lázaro Cárdenas ganaba, al mismo tiempo, una de sus principales luchas.
Con todo, la referida vialidad, iniciada en noviembre de1995, estaba planeada para concluirse en el año 2000, pero no lo hizo hasta marzo de 2005 cuando fue finalmente conectado un tramo de no más de diez kilómetros que estuvo bloqueando el uso total de la autopista; tapón suficiente para impedir el rápido traslado de las cargas desde y hacia el Puerto de Lázaro Cárdenas.
De acuerdo con aquella inocultable inconformidad de quienes siempre estuvieron convencidos de las bondades de la estratégica vialidad del puerto de Lázaro Cárdenas, el retraso en el despegue de la carretera se habría debido a una política orientada a mantener boyantes otras opciones portuarias aún a costa de marginar a Lázaro Cárdenas, hasta que el peso de los intereses del mercado marítimo hicieron insostenible mantener inconclusa la vialidad.
El puerto local contaba ya, desde tiempo atrás, con la infraestructura que era necesaria para responder al interés de los inquietos empresarios terminaleros, navieros y del transporte, pero faltaba la conexión carretera de Lázaro Cárdenas al interior; una obra emprendida en el sexenio del ex presidente Ernesto Zedillo y del ex gobernador michoacano Víctor Manuel Tinoco Rubí.
La Secretaría de Desarrollo Económico del gobierno michoacano (Sedeco) de aquel entonces reconoció sentirse frustrada por el incumplimiento del gobierno federal en su compromiso de concluir definitivamente la autopista Siglo XXI, ya que la postergación frecuente de las fechas para su entrada en operación total significaba un freno para el arribo de un número importante de navieras al puerto de Lázaro Cárdenas.
Eloy Vargas Arreola, titular de la Sedeco del momento, afirmó en el transcurso del 2004 que la SCT actuaba con tibieza, pese a que se trata de un proyecto de importancia nacional, en el que ya había el compromiso del presidente Vicente Fox para terminar la obra. Reveló el funcionario estatal que por esas fechas 27 navieras interesadas en escalar en el puerto de Lázaro Cárdenas no habían tomado una decisión final, porque la autopista aún no respondía a sus necesidades.
“Desde mi punto de vista en esta obra debería de haber gente trabajando día y noche, los 365 días del año, pero no es así y no se vale que una vía que es importante para un proyecto nacional y que es detonador no solamente del desarrollo de una región se esté viendo con tanta tibieza”, declaró desalentado Vargas Arreola, quien se preguntó: “¿Con qué cara voy y le digo a otra naviera que ahora si ya merito?, porque eso fue lo que me dijo una naviera a la que vimos, al señalar que ya tenía mucho tiempo escuchando que la autopista estaba a punto de terminarse sin que ello haya ocurrido.”
Como se sabía entonces, eran no más de diez kilómetros próximos al Puente de Infiernillo Dos los que hacían falta terminar para enlazar la autopista.
Aunque más del 95 por ciento de la vía ya podía transitarse, las compañías transportistas no se decidían aparentemente porque las empresas de seguros no les extendían las pólizas correspondientes hasta en tanto la vía no estuviese terminada al cien por ciento.
Fue en la segunda decena del mes de marzo de 2005 cuando finalmente se conectó el tramo faltante; acontecimiento que no obstante su trascendencia, solo fue celebrado en el lugar en silencio y discretamente por un puñado de hombres.
Sería hasta el 11 de mayo de 2005, cuando el entonces presidente de México Vicente Fox Quesada, y el gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas Batel, inauguraron la vialidad dentro del llamado “Maratón Carretero”.
Coincidentemente, la ceremonia inaugural se desarrolló en el Puente Infiernillo II, donde meses atrás unos cuantos hombres se abrazaron jubilosos por la conexión final de la autopista Siglo XXI."
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