jueves, 16 de septiembre de 2021

Donald Stephens, el olvidado benefactor de Lázaro Cárdenas

Por René Chávez

Lázaro Cárdenas, Mich., septiembre 14.-  En 1988 atracó en el Muelle de lo que hoy es la Terminal de Metales y Minerales del Puerto de Lázaro Cárdenas una providencial embarcación: se trataba del navío “Anastasis”  en su primera misión de ayuda humanitaria.

A bordo del navío-hospital totalmente equipado, se encontraba un número indeterminado  de voluntarios de diferentes nacionalidades que venían a prestar sus servicios como cirujanos, médicos, enfermeros y tripulantes, entre otras disciplinas, encabezados por un extraordinario hombre: Donald Stephens, fundador de la organización no gubernamental Mercy Ships (Barcos de la Misericordia), que de esta forma iniciaba una cruzada mundial de cirugías reconstructivas gratuitas para beneficiar a personas vulnerables.

Así que que podría decirse que aquí, en el Puerto de Lázaro Cárdenas se inauguró esa cruzada humanitaria de cirugías reconstructivas, tanto oftálmicas, maxilofaciales y de otras especialidades.

Se desconocen detalles importantes de la visita del “Anastasis” al puerto michoacano, pero se cree que Donald Stephen habría establecido contacto previo con las autoridades portuarias y municipales de la época,  tanto para informarlas del objetivo de la visita del “Anastasis” como de la logística que seguiría para cumplir su misión en Lázaro Cárdenas.

El caso es que fue por la radio, muy seguramente a través de la emisora XELAC Radio Azul, que se informó a la población de la presencia del “Anastasis”, de cual era su objetivo y qué pasos deberían de seguir los interesados para acceder gratuitametne a esos servicios quirúrgicos especializados. 

El propio Donald Stephens refirió en una entrevista posterior a un medio extranjero, que habían acudido a Lázaro Cárdenas con dos propósitos específicos. Uno, realizar tantas cirugías como fuese posible y contribuir a reconstruir el hospital general de la ciudad que había sido devastado por el sismo de 1985.  El primero de los objetivos fue cumplido, pero se ignoran las razones por las cuales finalmente la ONG Mercy Ships no participó en la reconstrucción del referido hospital, aunque hay versiones en el sentido de que los planes del Gobierno de Michoacán para la obra de reconstrucción no compaginaban con los tiempos de permanencia del “Anastasis” en Lázaro Cárdenas.

Lo que si se recuerda es que las primeras cirugías practicadas en el buque-hospital “Anastasis” fueron a tres niños y una niña de la localidad que habían nacido ciegos por cataratas y quienes después de las operaciones contemplaron por primera vez sus rostros.  Se cuenta que Donald Stephens habría dicho que el impacto que le provocaron las reacciones de sus primeros e infantiles pacientes había sido tal que sería una historia que guardaría para contarla siempre.

Y así, como esa primera historia de recuperación de la vista de esos niños cardenenses hubo muchas otras que desafortunadamente se ignoran a falta de los registros locales, pero que fueron muy numerosas, tanto que, sin exageración, cambiaron la vida de Lázaro Cárdenas, si partimos de la premisa de Mercy Ships que establece  que cuando se opera a un niño toda su comunidad cambia, porque se trata más que de un solo individuo.

Donald Stephens, de unos 75 años de edad a la fecha, seguramente atestigua actualmente la generosa y gran tarea que realiza el “África Mercy”, el único barco que presta servicios de Mercy Ships en la actualidad, pero que es el buque hospital más grande del mundo, con unos 400 voluntarios abordo, entre personal médico y tripulantes.

En cambio, parece que Lázaro Cárdenas se ha olvidado definitivamente de Donald y de su extraordinaria jornada en Lázaro Cárdenas.  Que se sepa, no ha habido aquí jamás una iniciativa que se proponga rescatar esta historia local y universal al mismo tiempo y busque la forma de  honrar la persona de Donald Stephens.

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