Por René Chávez
Lázaro Cárdenas, Mich., julio 13.- Sin deberla ni temerla, la conectividad del Puerto de Lázaro Cárdenas ha recibido una dolorosa estocada. Su eficaz y competitiva conexión con los principales mercados ha sido dañada temporal, pero riesgosamente.
El corredor Lázaro Cárdenas-Morelia, considerado el eje troncal de la conectividad carretera del puerto, ha resultado dañado temporalmente pero mantiene abierta la herida. Un tramo de casi 200 metros de la autopista Siglo XXI resultó afectado dos veces casi consecutivas por causas no calificadas aún, pero que se presumen atribuibles a la naturaleza. La última de ellas consumirá doce días de interrupción vial en esa parte de la estratégica vialidad. Se cree que para el próximo 17 ó 18 de julio quedará reparada.
Pero en el transcurso de estos doce días, otras circunstancias no atribuibles tampoco al Puerto de Lázaro Cárdenas, han provocado interrupciones al tránsito por la carretera libre de Lázaro Cárdenas a Uruapan, que sirve de alivio para evitar el tramo dañado de la autopista, con lo cual la terminal marítima ha quedado en medio de un incierto traslado de cargas en uno de sus ejes carreteros centrales de conexión con su mercado hinterland.
Estas vialidades habrán de retomar su normalidad en un tiempo que conviene pensar que será corto, pero las causas que han provocado esta incertidumbre y contratiempos probablemente no se resuelvan tan rápidamente como conviene que ocurra para que no vuelvan a repetirse, y aquí incluimos como materia de solución permanente los bloqueos al tren.
Se dirá que tal vez se exagera, porque hay una vía ferroviaria que reduce el problema carretero, ya que las vías también corren del Puerto de Lázaro Cárdenas hasta Morelia y por ahí se desaloja o se recibe la carga que usualmente va por transporte carretero. Pero habrá que recordar que las vías férreas también han sido sujetas de bloqueos por razones que tampoco tiene relación con el puerto ni con su actividad. Y si estos repetitivos bloqueos al tren no se dieron en estos días fue una verdadera suerte para el puerto.
¡No quisiéramos imaginar la total paralización de la carga portuaria! Solo hay que dimensionar: El ferrocarril Kansas City Southern de México opera diariamente dos trenes intermodales, uno que va a Pantaco y, el otro, a Nuevo Laredo, pero cuando la demanda lo exige, hay operaciones ferroviarias adicionales.
En cuanto al movimiento de carga por carretera, sería aventurado mencionar una cifra de unidades, pero baste decir que el transporte vía carretera mueve aproximadamente el 60 por ciento de la carga portuaria y el tren el 40 por ciento más o menos.
El Puerto de Lázaro Cárdenas mueve últimamente alrededor de 30 millones de toneladas de carga anualmente, para dar una idea de lo que significan las interrupciones en las vías de comunicación terrestre del Puerto de Lázaro Cárdenas, aunque conviene aclarar que una buena parte de esta carga son graneles minerales y combustibles que se mueven solo por barco.
Finalmente, se estima que el Puerto de Lázaro Cárdenas podría mover unos 45 millones de toneladas de carga en unos quince años más, según cálculos muy enterados. Entonces… ¿es o no urgente solucionar de fondo el problema de las vialidades carreteras y ferroviarias en Michoacán, particularmente las que conectan al Puerto de Lázaro Cárdenas con su hinterland y la frontera norte del país?
Con todo, el Puerto de Lázaro Cárdenas ha sabido sortear la situación hasta ahora para no perder su competitiva posición en cuanto a traslado eficaz y rápido de las cargas, pero ¿por cuánto tiempo más podrá mantenerse en ese nivel?
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