miércoles, 2 de junio de 2021

El día que SICARTSA "perdió" definitivamente su nombre

Por René Chávez

Lázaro Cárdenas, Mich, junio 1.- El próximo 4 de junio se cumplirán  14 años de que oficialmente ArcelorMittal dio a conocer el contenido y símbolos de su nueva identidad corporativa y con ese hecho empezó el adiós definitivo de SICARTSA.

Cuando el Grupo Villacero adquirió esta siderúrgica en 1991 decidió, probablemente por razones tanto comerciales como legales y políticas, conservar la razón social de Siderúrgica Lázaro Cárdenas-Las Truchas, el acrónimo SICARTSA que se derivó del nombre y el símbolo o logotipo de identidad y de marca del producto, con lo cual  la imagen tradicional de SICARTSA, propiamente dicha, no desapareció.

No obstante, ArcelorMittal sí decidió sepultar todo lo que pudiera relacionarse con el pasado de la ya legendaria siderúrgica SICARTSA.

 Y desde entonces nos hemos preguntado año con año por estas fechas cómo fue que nadie, absolutamente nadie, incluyendo autoridades, se atrevió a alzar la mano y pedir a los nuevos propietarios que consideraran el gran significado histórico del origen de la empresa y conservaran, al menos, el acrónimo SICARTSA, así como conservaron el símbolo como marca del producto por interés comercial.

Pero la realidad es que a nadie le importó.  En cambio, el legislativo estatal y las autoridades municipales de Lázaro Cárdenas sí se pusieron muy delicadas cuando se opusieron rotundamente a la sugerencia del lingüista y escritor de origen italiano Gutierre Tibón, de universalizar el nombre del general Lázaro Cárdenas, al rebautizar el nombre del municipio y la ciudad con el nombre de “Cardenia”.

El apasionado investigador había dicho que así como Morelia universalizaba el nombre de Morelos, Cardenia podía universalizar el nombre del general Lázaro Cárdenas.  Pero eso bastó para que algunos respondieran celosamente, incluso con una mezcla de enojo y burla, que definitivamente no. 

En ese entonces el congreso michoacano y el cabildo cardenense tenían la facultad de decidir en un sentido o en otro, pero en el caso de la desaparición del nombre de SICARTSA no hubo la menor oposición, porque sencillamente o no les importó o les pasó de noche, aunque nosotros creemos que no había la sensibilidad para valorar lo que ocurría. 

Y es que para los michoacanos, y los mexicanos en general, el nombre del general Lázaro Cárdenas del Río sigue siendo parte indivisible de la siderúrgica. Es su génesis. Es más, un gran número de habitantes de Lázaro Cárdenas se consideran parte intrínseca, obligada, de ese origen, tanto como los primeros técnicos y operarios del complejo siderúrgico se identificaron con ese mismo significado, aún cuando la mayoría de ellos procedían de otras latitudes del país.

En un amplio sentido, la visión de futuro que estaba en la mente de los planeadores del complejo siderúrgico, encabezados por el general Lázaro Cárdenas (considerado el principal impulsor del entonces llamado Proyecto de Las Truchas), pudo transmitirse a la posteridad traducida en un desafío a la capacidad de logro que ha identificado a los pobladores locales.

De no haber sido así, habría un área que no explicaría el compromiso adquirido por muchos de estos hombres para permanecer aquí bajo las difíciles condiciones que presentaba la zona en sus primeros años y que aún persisten en ciertos rubros de la vida cotidiana.

La gran mayoría de los técnicos y los operarios aceptaron un reto que se encontraba más allá de meras razones de subsistencia; había entonces, como ahora, una motivación: la oportunidad de participar en un proyecto integral, excepcional, que implicaba retos profesionales y de destino.

En rigor, el proyecto de SICARTSA, al igual que el del complejo portuario de Lázaro Cárdenas respondieron desde su origen a encadenar acciones que permitieran promover un desarrollo con clara orientación de posicionar a México en un plano de mercado internacional.

Una obra de esta naturaleza y envergadura difícilmente podría haber sido planeada para satisfacer necesidades desde la lógica de un desarrollo únicamente interno y regional. El proyecto correspondió desde su inicio a una lógica productiva orientada hacia el mercado mundial que hoy muestra su razón y, con amplitud, el valor de la visión del general Cárdenas.

El contenido humano del episodio que ha envuelto la transformación del delta del Balsas en el emporio portuario y siderúrgico que es actualmente, es una epopeya para los pobladores de Lázaro Cárdenas, cuyas autoridades del momento permitieron que así, abruptamente, desaparecieran algunos de los signos más relevantes de la historia, como el nombre de SICARTSA.

Sirva la reflexión a manera de esfuerzo por preservar en la memoria colectiva de Lázaro Cárdenas el contenido del extraordinario episodio de SICARTSA, y en reconocimiento a los hombres que en alguna época transitaron por ella, para dejar imborrable huella de su participación en lo que hoy es Lázaro Cárdenas; un lugar que siempre ha merecido mejor destino.

Una comunidad sin memoria difícilmente comprende su presente. 

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